EL PAPA Y EL
LIBANO
[Al final del Ángelus,
el Papa Dijo:
Sigo con
preocupación las persistentes manifestaciones de tensión en el Líbano. Desde
hace casi tres meses el país no logra escoger un jefe de Estado. Los esfuerzos
para componer la crisis y el apoyo ofrecido por numerosos exponentes de
relevancia de la comunidad internacional, aunque todavía no han logrado
resultados, demuestran la intención de encontrar un presidente sentido como tal
por todos los libaneses y de sentar los cimientos para superar las divisiones
existentes. Por desgracia no faltan tampoco motivos de preocupación, sobre todo
a causa de la inesperada violencia verbal o de cuantos ponen su confianza en la
fuerza de las armas y en la eliminación física de los adversarios.
Junto al
patriarca maronita y junto a todos los obispos libaneses os pido que os unáis a
mi súplica a Nuestra Señora del Líbano para que aliente a los ciudadanos de esa
querida nación y, en particular a los políticos, a trabajar con tenacidad a
favor de la reconciliación, de un diálogo verdaderamente sincero, de la
pacífica convivencia y del bien de una patria profundamente sentida como común.